Las válvulas de control direccional o válvulas direccionales están destinadas a dirigir el flujo de aceite al cilindro o al motor para conseguir el movimiento en la dirección requerida, para arrancar o parar el actuador, acelerarlo o ralentizarlo.
Se distinguen en distribuidores controlados por encendido y apagado, con cambio rápido de condiciones de totalmente abierto a totalmente cerrado, y en distribuidores accionados con señales de control continuas, es decir, capaces de cambiar continuamente la sección de flujo de fluido y, por tanto, los valores instantáneos de caudal.
En la válvula direccional se instala un elemento móvil, que puede ser un carrete o una corredera, un obturador o una bola. El distribuidor más sencillo es la válvula o llave de bola que cierra, abre y regula el caudal de aceite.
La válvula de bola es el dispositivo más utilizado para cerrar un flujo en tuberías hidráulicas.
Su funcionamiento se basa en la rotación de 90° mediante una palanca manual conectada a un perno que acciona una bola perforada. La válvula permite el cierre/apertura total del flujo pero también, hasta cierto punto, se puede controlar el caudal ajustando el tramo de paso.
La estanquidad del fluido está garantizada por la presión que empuja la bola contra la junta en el lado opuesto a la presión.
APLICACIONES
Por su compacidad y sencillez de construcción, las válvulas de control direccional monobloque son la mejor elección en todas las aplicaciones en las que el espacio, el peso y el coste son una preocupación. Se utilizan en las máquinas agrícolas, en las máquinas municipales, en las máquinas de construcción y en los equipos de elevación.
CARACTERÍSTICAS
Sencillas y robustas, las válvulas monobloque pueden equiparse con válvulas auxiliares de control de la presión y válvulas de regulación del flujo. Controles hidráulicos directos, controles por cable, controles electroproporcionales y controles por joystick disponibles. Circuitos en paralelo, con detección de carga, en tándem y en serie.